Arte y Cultura
Fotógrafas mexicanas: el enigma de un lente extraordinario y desapercibido
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Reconocer el trabajo fotográfico de mujeres tan talentosas es abrir una ventana a otra perspectiva de cultura mexicana.

Foto destacada: Sonia Madrigal

Las fotógrafas mexicanas se han visibilizado poco, pero su trabajo es de una calidad desbordada.

 

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El trabajo de los fotógrafos mexicanos es bastante conocido, narra una historia fascinante sobre el país y estos hombres gozan de bastante reconocimiento. La historia de las fotógrafas mexicanas es otra historia, un poco más compleja, intrépida y en algunos casos, inclusive, un poco más genuina en la forma de retratar la cultura mexicana.

Pero el universo de las fotógrafas mexicanas muestra una realidad distinta, una imagen impactante y con un realismo reflexivo concreto, ya que es testimonio de una forma de vida mexicana excluida durante muchos años.  

Es por eso que te dejamos con estas fotógrafas mexicanas.

 

 

Lola Álvarez Bravo (1907-1993)

Inba

Lola vivió a la sombra de su esposo (Manuel Álvarez Bravo, el fotógrafo más célebre de México) su talento fue minimizado pero fue una gran artista. En la década de 1950 dirigió su propia galería y sus fotografías se exhibieron en colecciones de museos de Nueva York, Washington y Los Ángeles, entre otros.

 

 

Mariana Yampolski (1925-2002)

Jhonnyoliverquintal

 Yampolsky se naturalizó mexicana en 1958 y se convirtió en una de las fotógrafas mexicanas más famosas del siglo pasado.  Estudió con Manuel y Lola Álvarez Bravo, y 1960 viajó por México tomando más de 66,000 fotografías, algunas de las cuales luego se mostrarían en exposiciones individuales en Inglaterra, Holanda y México.

Sus fotos son un registro histórico de la vida rural, la pobreza y la mujer indígena.

 

 

Graciela Iturbide (1942-)

Inba

Iturbide ingresó a la universidad con la idea de convertirse en directora de cine, pero la fotografía fija la atrapó para ser la voz de las mujeres y los indígenas: dos de las minorías más discriminadas de México. Sus imágenes están llenas de vida y humanidad,  siendo uno de sus proyectos más reconocido el que hizo en el desierto de Sonora con los seris.

 

 

Flor Garduño (1957)

Artsy

Garduño estudio fotografía en la escuela de San Carlos, pero una huelga de maestros en la universidad la hizo inscribirse en la única clase de la única maestra que no estaba en huelga: la fotógrafa húngara Kati Horna. Flor Garduño fue asistente de Manuel Alvarez Bravo, pero sus fotos son un homenaje a los pueblos indígenas de las Américas.

 

 

Ambra Polidori (1954)

Inba

Esta artista mexicana de ascendencia italiana crea instalaciones, fotografía y el vídeo desde una perspectiva humanista y social, solidarizándose con el sufrimiento humano actual derivado de múltiples conflictos, entre ellos el omnipresente estado de violencia de su país. La obra de Polidori se ha expuesto en varias galrías de la y museos de la CDMX, Nueva York, Madrid, Austria y Berlín.

 

 

Maya Goded (1967)

Aperture.org

Feminidad, maternidad, virginidad, violencia, marginalidad, desigualdad, sexualidad, el cuerpo? prejuicios impuestos por la sociedad y la religión católica a las mujeres es parte del trabajo que lleva a cabo magistralmente Goded. Ha sido acreedora a diversos premios como el World Press Photo, Fundación W. Eugene Smith, Fundación Guggenheim en 2003 y el Premio Príncipe Claus otorgado por la fundación del mismo nombre y el gobierno de los Países Bajos.

 

 

Sonia Madrigal (1978)

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Comenzó a formarse en un curso de fotografía en la Fábrica de Artes y Oficios Faro de Oriente y Tláhuac con Mark Powell, en el Seminario de Producción Fotográfica del Centro de la Imagen con la artista visual Verónica Gerber como tutora. Reside en Ciudad Neza y su trabajo ha sido expuesto en muestras colectivas en diversos espacios culturales nacionales e internacionales como en México, España, Italia, Chile, Brasil y Argentina.

 

 

Eunice Adorno (1982)

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Eunice Adorno estudió fotografía en la Joop Swart Masterclass de World Press Photo en Amsterdam, recibió la beca del gobierno mexicano para jóvenes creadores en varias ocasiones y también una subvención para escribir guiones. Adorno se inició en el fotoperiodismo, hace proyectos documentales y ha realizado exposiciones en Madrid, Praga, Los Ángeles, Milán y Nueva York participando en exposiciones colectivas por todo el mundo.

 

 

Ruth Prieto Arenas (1983)

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La fotografía de Ruth Prieto Arenas se caracterizan por su simbolismo y las historias que narra. Safe Heaven es su proyecto más reconocido, aborda el tema de la migración al retratar la vida de mujeres jóvenes que se mudaron de México a los Estados Unidos. En la serie, utiliza el color como metáfora de la diversidad y la aceptación mientras nos lleva a la intimidad.

 

 

Greta Rico

@GretaRico

Fotógrafa documentalista, periodista y educadora enfocada en temas de género y derechos humanos. Su trabajo más reconocido es el documental fotográfico Parteras Urbanas que representa una alternativa en el acceso a la salud y reproductiva para las mujeres en México. Fue parte de la generación XXXII del Eddie Adams Workshop, el seminario de fotoperiodismo con sede en Nueva York. Es Becaria del International Women´s Media Fund, una ONG que trabaja para liberar el poder de las mujeres periodistas para transformar los medios de comunicación globales, para participar en el Programa "Adelante" en América Latina. ?

Los Pochotes es una de las zonas arqueológicas que más preservan la identidad de Chimalhuacán
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Los Pochotes en una zona arqueológica que muestra vestigios que formaron parte de un gran palacio construido por Chichimecas.

Foto destacada: Experiencia Edo. Méx.

La zona arqueológica Los Pochotes es un sitio prehispánico ubicado en la cabecera municipal en el que se encuentra gran parte de la historia de Chimalhuacán.

 

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Se dice que Chimalhuacán se fundó en el año 1200 d.c. Con el tiempo formó parte de la confederación de las ciudades estado acolhuas, siendo uno de los sitios tributarios de Texcoco, integrante de la Triple Alianza.

Es por eso, que en este sitio se pueden apreciar restos arqueológicos que corresponden tanto a la época prehispánica como a la colonial. Siendo uno de los más populares el sitio conocido como Los Pochotes.

 

Experiencia Edo. Méx.

 

 

Los Pochotes es un sitio prehispánico ubicado en la cabecera municipal en el que se encuentra gran parte de la historia de Chimalhuacán, pues en ella hay vestigios del periodo posclásico mexica. El nombre hace referencia a los pochotl, ceibas de flores amarillas plantadas en el sitio.

Este lugar fue descubierto en 1964 y rescatado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Es posible ver una serpiente enroscada esculpida en una roca fija, que se encuentra en medio de un aparente pozo de cinco muros de piedra; un aro de piedra utilizado en el juego de pelota; un rostro tallado sobre la roca madre y los restos de lo que fuera un palacio prehispánico.

 

 

 

Esta zona de Chimalhuacán representa la identidad de los habitantes del municipio y aún guarda en sus entrañas vestigios de un pasado remoto que esperan la llegada de un proyecto ambicioso con la inversión suficiente para salir a la luz.

Una de las paredes del área donde se ubica la víbora de cascabel de Los Pochotes, caracterizada por lo puntiagudo de su acabado, es un muro falso que oculta otra parte de la construcción precolombina.

 

 

En la cúspide del Tecpan, el mejor conservado del altiplano, se encuentra un montículo de tierra donde está sepultada la cúpula de la iglesia de San Andrés de Chimalhuacán, la cual se ubicó ahí en tiempos coloniales y que en 1580 fue destruida por un terremoto.

Hoy en día no existe ningún plan orientado a recuperar las partes del Tecpan que están ocultas, pero es posible visitar el museo que cuenta con un área de 98 metros cuadrados, donde se expondría el mamut hallado en el barrio de San Pedro, Chimalhuacán.

 

 

Museo de Sitio de Chimalhuacán

 

 

Este Museo de Sitio está compuesto por una sala dividida en 10 módulos con 110 piezas que muestran la vida en el Pleistoceno y de las zonas arqueológicas de la región. Exhibe una colección de piezas de cerámica prehispánica, así como fragmentos óseos de mamut, una reproducción del cráneo del "Hombre de Chimalhuacán", que se calcula tiene una antigüedad de 10,500 años.

En el acervo destacan fotografías captadas en los años 60 por el investigador estadounidense Jeffrey Parsons, como parte de sus estudios de los pescadores en Chimalhuacán. En ellas se puede observar la manera en que todavía hace medio siglo se explotaban los recursos lacustres, hasta que fue desecado el Lago de Texcoco.

 

 

 

El Museo de Sitio también abunda en la destrucción del palacio de Chimalhuacán en el siglo XVI, época en que sobre la plataforma prehispánica se edificó un templo cristiano: la Capilla de San Andrés, de la que ahora sólo quedan restos de sus columnas y pisos, como se pudo identificar mediante excavaciones.

En la Relación Geográfica de Chimalhuacán (1579) y en la historia escrita por Fernando de Alva Ixtlixóchitl, se menciona que la genealogía del lugar comenzó en 1279 d.C., por parte de tres hermanos de origen chichimeca venidos de la ciudad de Tollan (Tula). Chimalhuacán, que en náhuatl significa En el lugar del escudo , llegaría a convertirse en un importante tributario de Texcoco.

 

 

Zona Arqueológica Los Pochotes

Dónde:  Calle Pochotes s/n,  Barrio de San Andrés,  Chimalhuacán, México.

Cuando: martes  a domingo de 10:00 a 17:00 horas.

Entrada libre

¿Qué significa México y cuál poema no escribió Nezahualcóyotl?
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El historiador Patrick Johansson ha reinterpretado y desmitificado muchas ideas arraigadas del mundo prehispánico.

Foto destacada: Wikipedia CC

El gran historiador Patrick Johansson ha puesto de cabeza muchas ideas sobre el sentido original de la historia náhuatl.

 

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Patrick Johansson es un reconocido nahuatlato franco-mexicano y catedrático la UNAM, discípulo de Miguel León-Portilla, que ha dedicado su vida a los estudios históricos prehispánicos, ha logrado descifrar testimonios pictográficos y documentales de nuestras culturas nativas; habla maya y náhuatl, además del francés, sueco, alemán, inglés y español.

Tiene muchos libros, textos y una horda de seguidores que han pasado por su aula en la catedra permanente de 25 años en la UNAM. Solo para dar una idea de lo que hace, La Academia Mexicana de la Lengua le publicó un tomo de 779 páginas: El español y el náhuatl. Encuentro de dos mundos (1519-2019). Pero de este reconocido autor e investigador, se han deconstruido varios mitos tanto de la lengua, cosmogonía, artes y cultura, así como de la vida cotidiana prehispánica.

 

 

Aquí, te dejamos solo con dos historias que han sido las más relevantes y controvertidas, de los intereses científicos del doctor Johansson quien suele investigar: la muerte en el mundo náhuatl prehispánico, la literatura náhuatl prehispánica, la literatura indígena e indigenista y la semiología de la imagen en los códices nahuas.

 

Etimología de “México”

 

 

Aunque se ha consensuado que la etimología de “México” es el “Ombligo de la Luna”, como lo planteó Gutierre Tibón en el pasado; el historiador Patrick Johansson en el ensayo De Aztlán a Tenochtitlan: La gesta fundacional de la Ciudad de México, afirma que más bien se trata de un náhuatl de la Huasteca y significa “Ojo de agua”. El historiador se acercó a las diversas fuentes relativas a la fundación de México-Tenochtitlan, a través de la cosmología del mito y de la cronología histórica.

“La imagen del águila parada sobre el tunal es muy importante. Lo que en general no se comenta es que el tunal está arraigado no tanto en la tierra sino en un ojo de agua; por lo menos el ojo de agua está al pie del tunal”, dice el historiador.

 

 

 

Asimismo, porque el vocablo mxco que designa un ?ojo de agua? en la variantes dialectales de la Huasteca, corresponde a la pronunciación probable de México en tiempos prehispánicos. De hecho hoy en día se pronuncia de esta manera en muchas comunidades indígenas. Un ejemplo de ello es la versión del Himno nacional en náhuatl del profesor Alejandrino Osorio Osorio, quien pronuncia y escribe Mexko y no México. Por otra parte, José María Cabrera, escritor mexicano del siglo XIX, afirmaba que ?los indios nunca dicen México, sino Mexco?. Hay que leer este ensayo para ver los puntos que tiene, pero sin duda este es una de las ideas más generosas de este gran historiador.

 

El Poema de Nezahualcóyotl que no escribió Nezahualcóyotl

 

 

Nezahualcóyotl fue el primer artista interdisciplinario (más reconocido) de su época: arquitecto, poeta, escritor y hasta político. Pero esta idea de Johansson levantó ámpula entre académicos y estudiosos de la lengua náhuatl. Y es que el poema “El Tzenzontle” del rey poeta, no fue escrito por Nezahualcóyotl.

Patrick Johansson defiende que el poema, las palabras del poema, más bien no corresponden a la gramática del náhuatl prehispánico. O que demuestra es, pues, que la gramática no tiene sentido, escrito como está en el original, sino que es más bien el resultado de la influencia del español.

 

 

Pero no todo está en la gramática. Cuando se hace un análisis a nivel discursivo e ideológico del poema, muchas cosas, como lo decimos hoy en día, no tienen una representación en el náhuatl original. Así que no hay forma lingüística para representar el sentimiento de amor, por ejemplo, ya que dicha frase no pudo haber sido escrita en náhuatl, ya que esa impresión no existe en dicho idioma.

Así pues,  el mensaje central del poema, donde Nezahualcóyotl afirma amar al hombre, más que a cualquier otra cosa, para Johansson es una idea judeocristiana que no corresponde en lo absoluto a la ideología indígena prehispánica, relacionada con amar al prójimo.

 

 

 

Así que, aunque este poema sea hermoso, para Johansson es de manufactura moderna. Si bien, se inspira en la poesía de Nezahualcóyotl, es poco probable que se le pueda atribuir la autoría.

Al respecto, en 2013, el escritor Juan Domingo Argüelles, escribió para La Jornada un texto donde citaba los argumentos de Johansson, y agregaba que el poema no solo es moderno, sino que incluso, representa los valores del priísmo contemporáneo. Claro que no ahondaremos al respecto, pero el libro Nezahualcóyotl, Vida y Obra, de José Luis Martínez, que fue publicado con motivo de los 500 años de la muerte del gobernante, sí lo hace.

México y Costa Rica recuperan esferas arqueológicas en delta del Diquís
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INAH colabora con arqueólogos costarricenses para revertir los deterioros de las misteriosas esferas del Delta de Diquís.

Foto destacada: Ifigenia Quintanilla

Este proyecto binacional investiga, conserva y restaura las preciosas esferas de piedra, Patrimonio Mundial de la Humanidad.

 

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La región del delta del Diquís, es uno de los sitios prehispánicos más famosos dl suroeste de Costa Rica, debido a sus esferas monumentales. A pesar de que este sitio es considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad, uno de los misterios del sitio es interpretar la relación entre las esferas monumentales y los asentamientos prehispánicos donde se encuentran.

Estas esferas son un ejemplo extraordinario de la maestría de los escultores indígenas, en la zona arqueológica llamada Finca 6 que datan del año 800-1550 d.C, y algunas otras que se establecen en 300 a.C.?800 d.C..

 

 

 

Muchas de estas obras estén alineadas en dirección este-oeste, en asociación a la salida y la puesta del sol, así como por sus contextos sociales, favoreció para que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, ingresara este sitio a la Lista de Patrimonio Mundial, en 2014, reconociendo la complejidad de los asentamientos cacicales que habitaron esta área de la actual Costa Rica.

Es por eso que el INAH, a través de la ENCRyM, colaboró con el Museo Nacional de Costa Rica para la atención de ese patrimonio cultural, ubicado en el cantón de Osa: dos esferas con deterioros notorios, a las cuales se intervino en ?cirugía mayor?.

 

 

Asimismo, se atendieron otras seis esferas de piedra del periodo Chiriquí (800?1550 d.C.), con el fin de preservar el sitio patrimonial de Costa Rica y del mundo. Este proyecto binacional, a cargo de la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y el Museo Nacional de Costa Rica (MNCR), investiga, conserva y restaura las milenarias esferas de piedra de la región del delta del Diquís, al sur del país centroamericano.

 

 

¿Cuáles fueron las acciones de intervención de las seis esferas prehispánicas?

 

 

En su mayoría fueron acciones de reparación para evitar el deterioro de las esferas, así como la intervención de otras tres con afectaciones menores, a las que se dio mantenimiento, y en una más, atendida por monitoreo.

La arqueóloga Isabel Medina-González  fue la coordinadora de la iniciativa binacional, en conjunto con el Javier Fallas Fallas, quienes segmentaron las esferas B y D para darle más amor en función de la ?historia de vida? de cada una.

 

 

Las esferas tenían alteraciones derivadas de la constitución de la roca, daños propiciados por cambios de temperatura y humedad en el ambiente, y las inundaciones causadas por huracanes y tormentas tropicales ?siendo "Nate" el caso más reciente, en 2017?, otra problemática son las huellas dejadas por la compañía bananera que explotó los campos centroamericanos, en el siglo XX.

Asimismo, porque la zona arqueológica llamada Finca 6, es un sitio que sufrió los impactos de la Compañía Bananera de Costa Rica, subsidiaria de la United Fruit Company, por lo que las esferas presentaban daños y rasguños, dejada por un instrumento metálico en la Esfera D, al intentar moverla.

 

 

 

Con el fin de conservar las piezas, de 1.91 y 1.92 metros de diámetro, se inició desenterrándolas, dado que como medida de conservación preventiva se mantienen aproximadamente a dos metros de profundidad, mostrando solo sus coronas.

La intervención incluyó limpieza superficial y estabilización mediante la aplicación de ribetes y resanes de morteros de cal-arena enriquecidos, para aumentar ligeramente la dureza, así como la colocación de capas de protección con estos morteros en los lugares pertinentes.

 

 

Posteriormente se hizo la reintegración volumétrica y cromática, se volvieron a enterrar los elementos con estratos de geotextil, grava y arena a su alrededor; para generar un ambiente homogéneo en la temperatura y humedad, evitar el contacto con la acidez del suelo arcilloso, e impedir el crecimiento de vegetación en las cercanías para proteger algunas esferas en época de lluvias.

Con el fin de difundir esta herencia cultural, se han montado diversas exposiciones temporales para dar cuenta de la importancia y los pormenores del diálogo institucional y del proyecto de restauración mexicano-costarricense, con el cual, desde 2013, se han atendido ocho esferas.

 

Los esfuerzos para acercar estos legados patrimoniales a varias comunidades locales e indígenas, fomenta un sentido de orgullo y de corresponsabilidad, a cuyo mensaje también apela el proyecto de conservación-restauración entre el INAH y el Museo Nacional de Costa Rica.

Hermosas palabras de lenguas indígenas que son intraducibles
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Intraducibles: 68 palabras de las 68 lenguas indígenas mexicanas que no tienen una traducción literal al español.

Foto destacada: Intraducibles

Este libro evoca 68 palabras de distintas lenguas indígenas mexicanas para rescatar frases que no tienen una traducción literal al español.

 

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A través de las palabras representamos el mundo. Es suficiente darle a las palabras ligeros cambios para designarles significados distintos o bien atribuirle el sentido necesario dentro de un contexto u otro. Esto es parte de un desarrollo lingüístico milenario, gracias al cual podemos diferenciar, enfatizar e inclusive jugar con el lenguaje; porque no es lo mismo hablar del coco que hablar de El Coco.

Y ¿qué pasa con las palabras extrañas, poco conocidas o intraducibles? Nos hacen dar cuenta de que todos los idiomas son complejos, y que a veces, el esfuerzo por describir el dinamismo de una palabra (étnica) única no es necesario. Porque a pesar del crisol de palabras que hay en español, las palabras mesoamericanas tienes sentidos únicos ya no digamos intraducibles. Esa es una de las razones de peso, para que las culturas indígenas mantengan viva la palabra en su lengua natales.

 

 

La poeta zapoteca Irma Pineda, en colaboración con el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas y el Mexican Culture & Tourism Institute of Houston, editó el libro Intraducibles. Y es que preservar la lengua indígena es una forma de resistencia, de preservación de las cosmovisiones originarias, y una forma de reivindicar la enseñanza lingüística y espiritual de comunidades.

Aquí te dejamos algunas de las hermosas palabras que podrás encontrar en este libro:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Si quieres leer todo el libro, aquí te dejamos el link de Intraducibles.